Si lo haces con cuidado, la exfoliación ofrece muchos beneficios para la piel. Además de retirar las células muertas, ayuda a eliminar las marcas de la piel y a mantenerla oxigenada. También mejora su textura, dejándola suave e uniforme. Las células de nuestra piel se multiplican, renuevan y, una vez que me mueren, se acumulan en nuestros poros provocando la liberación de un exceso de grasa. Los poros obstruidos, además, impiden la absorción de los ingredientes antiedad o hidratantes de nuestros tratamientos de belleza.
Usa el exfoliante extendiédolo de forma suave, con movimientos circulares hacia arriba desde la nariz hacia afuera. Evita la zona del contorno de ojos ya que es una piel delicadamente fina y sensible. Aclara el exfoliante con agua fría, así se cierran los poros y a continuación aplica tu hidratante habitual. Finalmente, la exfoliación no es un paso diario de limpieza. De acuerdo a tu tipo de piel lo puedes realizar de 1 a 3 veces al mes.